El Gobierno de Uruguay compró de forma secreta un sistema de escuchas telefónicas y monitoreos llamado “El Guardián”, por un costo de 2 millones de dólares.
Mientras a la luz del caso Snowden se debate en el mundo la capacidad y legitimidad de los Gobiernos para vigilar a sus ciudadanos, Uruguay adquirió en Brasil un sistema de espionaje. Este sistema ya había sido cuestionado en Brasil, dónde se reveló recientemente que Estados Unidos había instalado una base desde la cual se interceptaron millones de correos electrónicos y llamadas telefónicas en el país y el resto del mundo.
El Gobierno explicó que el sistema se utilizará dentro del marco de la ley, aunque justamente está a estudio del parlamento una ley que regulará los servicios de inteligencia.
Ya se había denunciado el año pasado la existencia de escuchas ilegales, por lo que las garantías del uso correcto las dará una legislación clara y unos procedimientos transparentes, que con el secretismo no están garantizados. El ciberespionaje de Estados Unidos en América Latina ha sido encubierto bajo argumentos de “terrorismo” y de “seguridad nacional”, aunque ha sido denunciado por la comunidad internacional por sus fines comerciales y de injerencia política.
El Gobierno explicó que el sistema se utilizará dentro del marco de la ley, aunque justamente está a estudio del parlamento una ley que regulará los servicios de inteligencia.
Ya se había denunciado el año pasado la existencia de escuchas ilegales, por lo que las garantías del uso correcto las dará una legislación clara y unos procedimientos transparentes, que con el secretismo no están garantizados. El ciberespionaje de Estados Unidos en América Latina ha sido encubierto bajo argumentos de “terrorismo” y de “seguridad nacional”, aunque ha sido denunciado por la comunidad internacional por sus fines comerciales y de injerencia política.
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